samedi 1 août 2015

RESPIRA....



No llego. No sé si lo estoy haciendo bien. ¿Le estaré fallando? Le he decepcionado. Puede que se moleste si le llamo. No sé en quién confiar. ¿Se habrá cansado de mí?…….BASTA. Ansiedad, todos la conocemos de cerca, esas incesantes voces en la cabeza, ese ruido que no te deja dormir, esa taquicardia que a veces no te permite tenerte en pie. En mi caso aparece cuando quiero tenerlo todo controlado, cuando quiero tener respuestas exactas, al fin y al cabo, cuando el miedo a lo desconocido me invade. Entro en mi burbuja de ansiedad y cuando me doy cuenta de donde me he metido solo me queda una salida: respirar.

 Recuerdo la primera vez que aprendí a observar mi respiración, fue en el embarazo de Helena, nunca antes había sido consciente del poder que tenía, que era capaz de aliviarme el dolor de las contracciones y de que me podía llevar de viaje al sitio más alucinante donde jamás había estado, en el AHORA. Después de conocer ese lugar empecé a frecuentarlo poco a poco, con reservas, llegaba a él observando una mirada, una sonrisa, el cielo mientras caminaba, sintiendo el aire, el sol, cerrando el paraguas para sentir la lluvia, cogiendo la mano de Helena….En esos momentos en la mente solo estaban mirada, sonrisa, cielo, aire, lluvia, mano…el resto era silencio. Pero de repente llegaba un día en que la burbuja me alcanzaba y entraba en ella, y otra vez la ansiedad, y cuando me daba cuenta, respirar.

En estos cuatro últimos meses esa burbuja ha adquirido unas dimensiones considerables, han sido meses muy intensos, en los que ha llegado Beatriz, y como todos los bebés, con un pan debajo del brazo, en su caso un pan de aprendizajes. Poco antes de que llegara estuvo a punto de acabar una relación que siempre había estado ahí. Esta situación escapaba por completo de todo lo que yo podía esperar, y aquí me vino el primer aprendizaje, no dar por supuesto, porque si das por supuesto no estás en el AHORA. Pero solemos tropezar en la misma piedra, y volví a dar por supuesto, en este caso que recibiría ayuda para soportar toda la carga que estaba teniendo. Segundo aprendizaje: no dar por supuesto la ayuda, sobre todo sino la pides. En esos momentos mi burbuja se hizo tan grande que llegó hasta Marte, pero yo quería volver al AHORA, y Beatriz sonreía y yo volvía, y otra vez a Marte, y Helena me abrazaba y yo volvía, y otra vez a Marte. Respira….respira….respira…

 Tercer aprendizaje: No puedes detener las olas. La vida es como un mar inmenso, hay veces que el mar está en calma, otras veces hay un movimiento agradable, otras un fuerte oleaje. Cuando dominamos nuestra vida viajamos por ese mar con seguridad, aún con el fuerte oleaje. Respira y observa, vete al AHORA, y decide como vas a cabalgar sobre esa ola. Para respirar y observar hace falta aceptar que las cosas son como son, presencia para simplemente estar, de forma reposada y sin prisas, y comprensión para ti y para los demás.

Sigo yendo en algunos momentos a mi burbuja, que ya ha vuelto de Marte, pero quiero permanecer en el AHORA, y respirar, y tirarme al mar, venga como venga.

galicia 333 
  
Respira
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