lundi 29 juin 2015

Musicoterapia: más allá de la diversión



Las personas suelen asociar la música a la diversión y al bienestar sin darse cuenta de la gran cantidad de efectos positivos que tiene en el tratamiento de enfermedades como el alzheimer, el párkinson o la esclerosis múltiple, en las que la musicoterapia se ha demostrado científicamente como una gran aliada.
¿Alguna vez han visto a una persona que tiene dificultadas para hablar, cantar una canción? ¿O a otra con problemas de memoria tocar una pieza entera de guitarra? Estas son algunas de las situaciones en las que la música tiene un poder efectivo en determinadas enfermedades.
La Reina Sofía ha presidido hoy en Salamanca el III Simposio Internacional de Avance en la Investigación Sociosanitaria en la enfermedad del Alzheimer que ha reunido a prestigiosos especialistas de todo el mundo.

Una de estas expertas ha sido Concetta Tomaino, directora ejecutiva y cofundadora del Instituto de Música y Función Neurológica de Nueva York (EEUU) y vicepresidenta senior de la musicoterapia en el Sistema de Salud CenterLight, considerada una de las más importantes expertas del mundo en este campo.
Antes de impartir su conferencia "Los beneficios clínicos de la música sobre el envejecimiento, la salud y la calidad de vida", Tomaino ha explicado que la gente asocia la música a "sentirse bien" sin caer en la cuenta de los avances científicos que tiene en una gran cantidad de aplicaciones médicas.
La musicoterapia, y algunos de sus usos, puede ayudar a reducir el uso de determinados medicamentos. Por ejemplo, está demostrado que alivia el dolor, mejora el estado de ánimo, la atención y las capacidades motoras, además de reducir el nerviosismo y los comportamientos negativos.
Una persona que, por ejemplo, tiene problemas para andar, el ritmo de la música puede estimular las áreas del cerebro involucradas en la coordinación.
La motivación, la socialización y las relaciones interpersonales también mejoran con esta terapia, algo fundamental, por ejemplo, en personas con alzheimer.
Las sesiones de musicoterapia pueden ser muy heterogéneas dependiendo de la enfermedad a tratar, aunque básicamente suelen iniciarse con una reunión entre el paciente y el musicoterapeuta que, posteriormente, decide si es mejor realizar las sesiones de forma individual o conjunta.

La improvisación y tocar un instrumento -aunque no se sepa- es una de las partes fundamentales de esta terapia, así como la creación de instrumentos, especialmente para los niños.
Cantar, moverse con el ritmo, la melodía y la armonía de la música tiene efectos terapéuticos demostrados en muchas enfermedades neurodegenerativas, como el parkinson o la esclerosis múltiple.
Los ciudadanos no son conscientes del duro trabajo que hay detrás de estas sesiones y la especialización por la que tienen que pasar sus profesionales, que, sin embargo, en algunos países como en España no están reconocidos como tales y suelen tener contratos con otra categoría, como psicólogos o terapeutas ocupacionales.
Tomaino explica que existe mucha confusión entre los músicos voluntarios que tocan en hospitales y los musicoterapeutas que utilizan la música en el tratamiento de enfermedades.
Solo con una mayor demanda de este tipo de terapias y con un mayor conocimiento de sus beneficios el estatus de la musicoterapia mejorará, según asegura Tomaino.

 ECODIARIO.ELECONOMISTA.ES / PAR ELECONOMISTA.ES

Jean-Louis Aguilar-Anton / Art'Blogueur




samedi 27 juin 2015

COMUNICADO DE PRENSA de Abuelas de Plaza de Mayo



 Profundo dolor por la partida de nuestra compañera Elsa Sánchez de Oesterhel

 Las Abuelas de Plaza de Mayo manifestamos nuestro más profundo dolor por la muerte de una de nuestras compañeras, Elsa Sánchez de Oesterheld. Una Abuela más que se va sin poder abrazar a sus nietos desaparecidos, robados y apropiados por el terrorismo de Estado.
Elsa fue una mujer marcada por el dolor, pero también por la fortaleza para seguir adelante. El Ejército se llevó a siete miembros de su familia y le robó a dos de sus nietos nacidos en cautiverio. Ella supo transformar todo ese sufrimiento en amor para -junto a sus compañeras- buscar a los nietos apropiados en dictadura. Lamentablemente la crueldad de los represores y cómplices de estos crímenes no le permitieron conocer a los hijos de sus hijas.
Antes de ser Abuela de Plaza de Mayo, Elsa fue madre de cuatro niñas y mujer del escritor Héctor Germán Oesterheld, creador de “El Eternauta”, todos ellos secuestrados y desaparecidos por la última dictadura cívico militar. La primera en desaparecer fue Beatriz con sólo 19 años, en junio de 1976. El 4 de julio de ese mismo año, Elsa se enteró por los diarios que los militares habían matado en Tucumán a otra de sus hijas, Diana, de 23 años, embarazada de seis meses. Su compañero, Raúl Araldi, también fue asesinado en agosto de ese año. Fernando, el hijo de ambos, fue ubicado por sus abuelos paternos. E1 27 de abril del año siguiente secuestraron a Héctor en La Plata. La última en desaparecer fue Estela, Elsa se enteró porque le llevaron a Martín, el hijos de tres años, a quien habían secuestrado después de llevarse a sus padres. El día en que Estela fue asesinada, venía de despachar una carta en la que le contaba a Elsa otra tragedia: “Mamita, Marina hace un mes que no está con nosotros”. Marina tenía 18 años y estaba embarazada de 8 meses


 El primer testimonio acerca del horror que había vivido su familia en menos de dos años, lo dio en Bélgica, donde viajó junto a su nieto Martín, de sólo 7 años, invitada por Amnesty International. Cuando regresó al país, las Abuelas se comunicaron con Elsa y a partir de ese momento no estuvo tan sola. Desde entonces, Elsa se incorporó a la institución y a la lucha de Abuelas. Su testimonio siempre fresco y reflexivo supo contribuir a la búsqueda de los nietos y a la construcción del derecho a la Identidad: “Mi lucha de todos estos años es para que mis nietos sepan la verdad. Por eso yo no hablo de restitución, sino de derecho a la identidad”, decía.
En 2011 fue distinguida como Personalidad Destacada de los Derechos Humanos por la Legislatura porteña. Estela de Carlotto remarcó: “Tenemos la unión del dolor transformado en el amor, en una actividad de vida esperanzada. Elsa es parte de ese proyecto, es parte nuestra y ya está en la historia”.
El último año, su delicado estado de salud no le permitía participar de las reuniones de Comisión Directiva a las que solía tener asistencia perfecta para deliberar con sus compañeras sobre las actividades de la institución.
Sirvan estas líneas para transmitir nuestras condolencias y nuestro acompañamiento a todos sus familiares. La recordaremos con alegría por los momentos compartidos. Hoy la despedimos con tristeza porque es una más de nosotras que se va sin recuperar a sus nietos.


Ciudad de Buenos Aires, domingo 21 de junio de 2015


Jean-Louis Aguilar-Anton / Art'Blogueur

mercredi 24 juin 2015

Droit d’asile chez les fous

Résistance à Saint-Alban par Eric Favereau



Dans les années 60, une fête à l'hôpital psychiatrique de St-Alban, ancienne forteresse perdue en Lozère (document SACPI)

Propos sans appel : «Nous sommes dans l’antichambre de notre propre liquidation… On se rencontre moins, on piétine. Comment se mobiliser pour résister à cette machine infernale ? Qu’en est-il de la valeur humaine de la folie ?» Voilà un texte rédigé par l’Association culturelle du personnel de Saint-Alban, et distribué ces jours-ci, au cours des Rencontres annuelles de Saint-Alban. Sinistre télescopage ! Alors que sort le récit de Didier Daeninckx sur les années de guerre de l’hôpital psychiatrique Saint-Alban - où se mélangeaient alors résistants, poètes et fous -, les héritiers du lieu se disent aujourd’hui effondrés, abattus, et évoquent leur disparation.

Et pourtant… S’il reste un lieu psychiatrique marqué du sceau de l’histoire, c’est bien à Saint-Alban, dans cette ancienne forteresse perdue en Lozère, situé à 1 000 mètres dans le plateau de grès rouge du Gévaudan. Ce petit village a toujours vécu autour de son château féodal, racheté en 1821 par des religieuses, puis devenu hôpital pour femmes aliénées ; avec le temps, le lieu s’est agrandi pour abriter jusqu’à plus de 600 malades. C’est dans ce bout du monde, qu’ont atterri, le 6 janvier 1940, François Tosquelles et, quelques mois plus tard, Lucien Bonnafé. Le premier est un anarchiste espagnol rescapé de la guerre civile, l’autre un militant communiste, résistant proche des surréalistes. Tous deux sont psychiatres. Et tous deux seront à l’origine de ce qui sera la plus formidable aventure de la psychiatrie d’après-guerre : la psychothérapie institutionnelle.

Bonnafé et Tosquelles sont inséparables, couple magnifique, unique, où les divergences théoriques sont fortes, les tempéraments aussi, mais une amitié sans faille les unit. Il fallait voir ce duo, dans les années 90, pourtant vieux et malade, revenant comme chaque année dans les ruelles de Saint-Alban au cours des «Rencontres annuelles». Lucien Bonnafé a été formellement le directeur de Saint-Alban de 1941 à 1943, mais Bonnafé restait toujours un pas en arrière de François Tosquelles, qui fut par la suite le directeur pendant plus de vingt ans, extraordinaire clinicien à l’accent catalan impossible.

Jardinage, couture et troc

Saint-Alban fut un miracle, une incroyable ouverture à l’autre, dans un des endroits les plus reculés - ou abrités - de France. C’était l’idée qu’il fallait soigner l’asile autant que les personnes qui le fréquentent. C’était l’idée que «sans la reconnaissance de la valeur humaine de la folie, c’est l’homme même qui disparaît». En 1941, François Tosquelles a beau n’avoir que 29 ans, il a un passé impressionnant de psychiatre qui a monté pendant les années de guerre civile des dispensaires sur le front, où il se servait des prostituées comme personnel soignant. Et quand il débarque à Saint-Alban, il n’a pas la tête dans les étoiles. Surgit une urgence : la faim. Dès 1940, apparaissent en effet des difficultés de ravitaillement. Et ce sont près de 2 000 personnes qu’il faut nourrir. Tosquelles ne se trompe pas d’urgence : toutes les valides sont mobilisés. Dans cette région agricole mais isolée, les malades vont alors sortir, assurer le jardinage, le ramassage de pommes de pin, de champignons. Des liens se créent. A l’intérieur de l’asile, les femmes font des travaux de couture, de filage et de tricotage pour les paysans du village : ils servent de troc contre des produits alimentaires introuvables, dont le beurre. Et ce n’est pas tout : les malades échangent la ration alcoolique qui leur est octroyée contre des pommes de terre. De ce fait, Saint-Alban est l’hôpital psychiatrique français qui a compté le moins de décès dus à la famine. En France, 40 000 malades mentaux sont morts de faim entre 1940 et 1944.

L’audace omniprésente

Et ce n’est pas tout. Saint-Alban va devenir un territoire où la folie se fait résistante. Lucien Bonnafé, lors d’une rencontre, dans les années 90 : «A Saint-Alban, Tosquelles habitait un étage, moi un autre, et on s’est constitués en société savante, on a appelé nos réunions, les réunions de la société du Gévaudan.» Tosquelles : «Nos réunions étaient presque permanentes, on avait beaucoup de temps, il fallait attendre souvent, par exemple, le parachutage ou l’arrivée d’un visiteur clandestin. Alors, on parlait de psychiatrie. Des rencontres presque journalières, ou nocturnes. On analysait ainsi l’hôpital psychiatrique, on disait, entre blague et sérieux, que c’était un marquisat, le territoire d’un marquis. La structure du médecin chef était celle du châtelain, avec les classes sociales étagées, les infirmiers, les malades.»
A cause de la guerre et de cet emplacement difficile d’accès, l’audace est alors omniprésente. «On a beaucoup travaillé avec les paysans, les gendarmes. Il y avait beaucoup de gendarmes qui avaient participé à la résistance, ne parlons pas de quelques curés, des instituteurs», racontait Tosquelles. Lieu unique. Des fous et des résistants. A Saint-Alban, on vit, on travaille, on dessine, on peint, on écrit, on se bat, et on discute sans fin, avec Eluard qui passe, Tristan Tzara aussi, ou encore le philosophe Canguilhem, comme le rappelle Didier Daeninckx dans son livre. Un moment de grâce, où tout peut être possible. Soixante-dix ans plus tard, la guerre est finie. Et Saint-Alban s’épuise.

LIBERATION.FR

Jean-Louis Aguilar-Anton / Art'Blogueur

mardi 23 juin 2015

Creatividad y psicosis comparten las mismas raíces genéticas

Un estudio de más de 150.000 europeos relaciona la creatividad con genes que aumentan el riesgo de esquizofrenia y trastorno bipolar.

 Algunas enfermedades psiquiátricas pueden ser entendidas como una forma diferente de pensar. Eso mismo caracterizaba a Miguel Ángel, Charlie Parker, Beethoven, Virginia Woolf, Van Gogh y muchos otros. De ellos se ha dicho que su arte se debía en parte a trastornos psiquiátricos, lo que ha contribuido a reforzar la idea de que ningún genio ha existido sin una mezcla de locura, como dijo Aristóteles. Ahora, un estudio que ha analizado a decenas de miles de personas desvela que hay una conexión genética entre enfermedades como la esquizofrenia o el trastorno bipolar y la creatividad.

Como en cualquier otra rama de la biología, la gran pregunta es cuánto le debe la creatividad a factores ambientales, como la educación o estar rodeado de otros artistas, y cuánto a la genética heredada de padres y otros parientes.

El nuevo estudio, publicado hoy en Nature Neuroscience, intenta responder analizando el genoma de 86.000 personas en Islandia. Sus autores, liderados por la empresa de análisis genéticos deCODE, buscaron pequeñas variaciones en el orden de las 3.000 millones de letras de ADN que componen el genoma humano. Algunas de esas erratas pueden duplicar el riesgo medio de una persona de sufrir esquizofrenia o elevar un tercio sus probabilidades de padecer trastorno bipolar. Una vez detectadas esas variantes, y ante la inmensa complicación de definir qué es la creatividad y medirla, los expertos analizaron el genoma de 1.000 personas del mismo país que forman parte de asociaciones nacionales de artistas visuales, bailarines, actores, músicos y escritores. Este último grupo de profesionales, señala el trabajo, tenían un 17% más de posibilidades que el resto de la población de llevar alguna de las variantes de riesgo, aunque ninguno sufría las dos dolencias analizadas.
Las mismas variantes genéticas también estaban más presentes en las profesiones citadas cuando el equipo analizó los genes de más de 8.000 suecos y 18.452 holandeses. Los creadores tenían un 25% más de probabilidades de tener algún gen de riesgo. Los resultados no se explican por el cociente intelectual, el historial familiar de enfermedades psiquiátricas o el nivel educativo. Por eso sus autores concluyen que la creatividad se debe en parte a variantes genéticas que son las mismas que aumentan el riesgo de sufrir las dos enfermedades estudiadas.

“Estos resultados no deberían sorprendernos porque para ser creativo tienes que pensar de forma diferente al resto de la gente y nuestro equipo ya había demostrado en un estudio anterior que las personas portadoras de variantes que predisponen a la esquizofrenia lo hacen”, explica Kari Stefansson, director general de deCODE y coautor del trabajo, en el que también han participado centros de investigación de Islandia, Suecia, Reino Unido, Holanda y EE UU.
La esquizofrenia es un enigma evolutivo. La enfermedad tiende a reducir las capacidades reproductivas de los pacientes, pero su prevalencia parece muy estable, afectando en torno al 1% de la población general. Es posible que la enfermedad tenga ventajas asociadas, lo que podría explicar la paradoja. Pero según el nuevo estudio las personas creativas analizadas tenían menos hijos que la población general, lo que descarta en principio que los beneficios creativos asociados a la esquizofrenia expliquen el enigma.

Mezcla complicada
Miguel Bernardo, psiquiatra del Hospital Clínic (Barcelona) y presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica, ofrece una opinión independiente sobre el trabajo liderado por Stefansson. “Es la primera vez que se realiza un estudio genético en busca de marcadores de esquizofrenia y creatividad en una población tan grande”, resalta. El hecho de que la mayoría de los participantes sean islandeses, una población muy homogénea desde el punto de vista genético, aporta mayor fiabilidad, destaca.
Pero el trabajo presenta también problemas que muestran lo difícil que es investigar este campo. “El marcador de creatividad era pertenecer a una sociedad profesional, lo que es muy relativo pues en ellas también habrá muchas personas que carezcan de ella”, advierte Bernardo.

Hasta el momento se han descubierto entre 100 y 110 variantes genéticas relacionadas con esta enfermedad, pero esta solo aparece “cuando se tienen varios genes asociados a ella y estos interactúan entre sí”, resalta el experto. Por lo tanto, las variantes de riesgo destapadas por el estudio pueden ser solo la punta del iceberg y que haya muchos otros condicionantes genéticos que predisponen a ser creativo y no estén relacionados con enfermedades psiquiátricas.
Un ejemplo metafórico sirve para explicarlo. Si la distancia total entre la persona menos creativa del mundo y un artista fuese de un kilómetro, dice David Cutler, del departamento de Genética humana de la Universidad Emory (EE UU), las variantes genéticas detectadas solo explicarían 3,9 metros de esa separación. “Los efectos observados” son “reales”, dice, pero también “pequeños y repartidos entre cientos o miles de genes”, resalta este experto en declaraciones recogidas por Science Media Centre. En otras palabras, aún queda mucho trabajo científico que hacer para conocer cuál es la mezcla exacta de locura que hay en la mente de un genio o de cualquier persona creativa.

 ELPAIS.COM /PAR EDICIONES EL PAIS
Un articulo propuesto por Sylvia Ferraro de Montevideo.

lundi 22 juin 2015

L’invention de l’hystérie au temps des Lumières (1670-1820), Sabine Arnaud, EHESS, 2014. Lu par Gilles Barroux

Sabine Arnaud
Directrice d’un groupe de recherche à l’institut Max-Planck d’histoire des sciences de Berlin portant sur la construction des normes du XVIIe à la fin du XIXe siècle en Europe et aux États-Unis, elle a codirigé, avec Helge Jordheim, Le Corps et ses images. Santé, humeurs, maladies, Champion, à paraître.


Comment s’invente une maladie ? Une telle question peut heurter, non pas seulement les adversaires opposés à toute lecture constructiviste de l’histoire des maladies et de la médecine plus généralement, mais un sens commun qui veut que la maladie désigne un état, et sa désignation un discours. On connaît la querelle autour de ce que Bruno Latour avait énoncé au sujet de Ramsès : le célèbre pharaon ne pouvait, contrairement à des thèses récentes, être mort de la tuberculose, cette maladie n’ayant été découverte qu’au XIXe siècle…  Que signifie l’idée que l’hystérie fut inventée « au temps des Lumières », énoncé qui compose le titre d’un ouvrage de plus de trois cents pages sur ce sujet ? Les éléments d’une réponse à cette interrogation sont patiemment et méticuleusement apportés par Sabine Arnaud, l’auteure de ce même ouvrage.


 Le titre attire d’entrée de jeu notre attention car, qu’il s’agisse de romans, d’essais ou autres traités, ce dernier constitue justement la première invitation à entrer plus en profondeur dans l’ouvrage. L’invention de l’hystérie au temps des Lumières (1670-1820) suggère une manière de reprendre l’histoire de cette maladie en déployant une approche critique de l’histoire de la médecine. Retenons d’abord la méfiance ou la prudence envers toute acception naturaliste de la maladie, en l’occurrence d’une maladie qui occupe dans l’histoire de la médecine une place particulière : l’hystérie. La facilité consisterait à en accepter une naturalité qui, dès l’époque d’Hippocrate, se trouve régulièrement évoquée. Qu’est-ce qui fait inventer, se réinventer, se transformer sans cesse une entité nosologique si difficile à cerner et à traiter en conséquence ? La périodisation choisie par l’auteure est d’importance : le « temps des Lumières », entendu ici comme une période qui  s’étend, au-delà des acceptions les plus communes, bien en amont et en aval du XVIIIe siècle. D’abord parce que les Lumières, aux dires de nombreux historiens et philosophes, trouvent leur éclosion dès le XVIIe siècle, et connaissent divers prolongements au-delà du siècle suivant. Ensuite, parce que l’histoire de la médecine connaît un rythme qui ne rentre pas nécessairement dans les grilles de datation relatives à une histoire événementielle (grandes découvertes, inventions, coups de théâtres, révolutions), et cette distension, qui est une des formes principales de l’histoire de la médecine, offre un prisme à partir duquel relire les Lumières. À l’intersection de la tradition et de la modernité (médecine issue de l’hippocratisme et médecine contemporaine des Lumières), du physique et du moral (manifestations et affections corporelles, manifestations mentales, imagination), du normal et du pathologique (entre mode, affectation et affection, maladie, entre manière d’apparaître, d’exister auprès d’autrui et souffrances), enfin de différentes maladies ou affections (manie, mélancolie, vapeurs, etc.), l’hystérie offre un prisme pertinent pour reprendre une histoire de la médecine et des maladies.

Outre la démarche originale et personnelle de l’auteure, qui jamais n’enferme la thématique dans une grille de lecture réductrice, le choix des textes permet de prendre la mesure de l’importance considérable de la littérature médicale portant sur l’hystérie (plus de 280 auteurs recensés dans la bibliographie primaire avec souvent plusieurs ouvrages par auteurs). Six chapitres composent le corps de l’ouvrage : De l’usage des diagnostics, des divisions du savoir – Les métaphores ou comment donner figure à l’indéfinissable – Mises en écrit d’une maladie et pratiques de diffusion. L’emprunt de genres rhétoriques – Code, vérité ou ruse ? Descriptions littéraires de troubles en quête de lecteurs – Mise en récit de cas et création d’énigmes. Les fonctions du narratif – Jeux de rôle et redéfinition de la médecine. L’une des articulations les plus particulièrement travaillées sous différentes facettes porte sur les liens entre maladie, discours, en posant la question de comment s’énonce, des points de vue du médecin et du patient, la maladie. Dès l’introduction, le problème des noms de la maladie se trouve posé, pour le sortir d’une pure question de sémantique, pour faire vivre aussi, telle une tradition qui trouve à chaque époque à se régénérer, une vive association, parfois symbiose entre sémantique et sémiotique, entre sens et signe, signification et symptôme. Et sur ce plan, l’histoire des racines ne saurait se réduire à une affaire de langue ou du moins, cette dernière devient elle-même une dimension à part entière de l’arsenal thérapeutique. Bien avant l’invention de la psychanalyse, les médecins font l’expérience de la puissance de la parole et des informations qui peuvent en être tirées et exploitées. Si la question  de l’importance de l’énonciation de la maladie (hystérie) selon les points de vue du médecin et du patient apparaît et se confirme au fur et à mesure que l’on se rapproche de la fin du XVIIIe siècle, d’autres facteurs remarquables signent la spécificité de cette affection dans l’ordre des classifications alors établi entre les maladies. Ainsi, l’hystérie, comme l’énonce Sabine Arnaud, déjoue la frontière classiquement établie entre médecins et patients, ces derniers soumettant hypothèses et observations face à des médecins souvent désemparés. Plus que dans bien d’autres contextes, le malade est souvent sujet de sa maladie et se confie à des expérimentations à partir de sa propre volonté. Le cas des vapeurs, habituellement associées à l’univers de l’hystérie, auquel l’auteure consacre de nombreuses pages, regorge d’exemples d’expériences auxquelles se prêtent les personnes qui y sont sujettes, la plupart du temps des femmes ; voici l’exemple d’un mal chronique avec lequel doit apprendre à vivre celle ou celui qui en est atteint, apprendre à le contrôler. Vapeurs, hystérie, affections dites nerveuses, l’ambivalence – entre mort et vie, santé et maladie – caractérise tous ces troubles à des niveaux plus ou moins remarquables. Certaines affections entraînent des formes aiguës de catalepsie, laissant le sujet pour mort, et le bon médecin sera celui qui « sait voir la vie là où la majorité voient la mort », d’autres, comme les vapeurs, paraissent être jouées par une patiente qui instrumentaliserait sa sensibilité, et le bon médecin saura y décerner la pathologie.

 Sabine Arnaud s’attache, tout au long d’un ouvrage érudit, à montrer, au travers de nombreuses évocations, comment la maladie met en œuvre autant qu’elle fait se déployer plusieurs niveaux de discours, invitant à de nouvelles appréhensions, au-delà de l’hystérie, d’une histoire de la médecine et de la maladie : « Ce livre, écrit-elle en conclusion, présente une histoire des sciences qui est, avant tout, une histoire du savoir en formation. Il identifie à la fois un mouvement de cohérence de l’insertion de cette catégorie médicale et les ruptures constantes de cette cohérence à travers mésinterprétations, contextualisations diverses, et le redéploiement stratégique de narration ».

 Gilles Barroux.

  Sources :
http://www.scienceshumaines.com/naissance-de-l-hysterie_fr_29299.html
SCIENCESHUMAINES.COM 
[PDF]L'invention de l'hystérie - Les Éditions de l'EHESS

Jean-Louis Aguilar-Anton / Art'Blogueur

dimanche 21 juin 2015

RESISTANCE au QUOTIDIEN. Est-ce la fin de l’hôpital de Saint Alban ? 15 juin 2015, collectif des 39


Le Centre Hospitalier François Tosquelles, à Saint Alban sur Limagnole en Lozère, est connu et reconnu non seulement par ce moment historique qui, après-guerre, a bouleversé la psychiatrie française et la vie asilaire mais aussi parce que son traitement institutionnel des psychoses, et les effets et conséquences qui s’en suivent, constituent à ce jour un outil thérapeutique d’une grande pertinence.

Certains, et non des moindres, ont pu dire qu’ « heureusement qu’il y a eu St Alban pour donner une dignité à la psychiatrie française » pendant la seconde guerre mondiale. Ce souffle novateur a pris le nom de « Psychothérapie Institutionnelle » dans un moment où la conjoncture sociale et politique ne s’y prêtait guère et a su se prolonger malgré les difficultés multiples et protéiformes que nombre d’initiatives rencontraient.

À ce propos, François Tosquelles a pu dire « L’occasionnelle conjoncture politique se montre paradoxalement toujours ouverte à l’espoir. » …mais est-ce la fin de l’hôpital de Saint Alban ?
Aujourd’hui, alors que l’hôpital est implanté en divers endroits, dans le département ce moins peuplé de France, qu’en est-il de ce souffle?

Février 2015, arrivée d’une nouvelle direction. Le tempo est donné : l’hôpital psychiatrique de St Alban, « entreprise comme les autres », avec son économie de gestion et son augmentation de la productivité, reçoit son coup de grâce.

 Modèle paradoxal où tout se trouve standardisé, nous sommes dans le « tout normé », il faut « séquencer » les opérations de travail tout en proposant un service exclusif et personnalisé devant respecter la singularité de chacun. Dans ce système mis en place seule la logique managériale prévaut. Et c’est une performance financière que doit réaliser l’hôpital cette année : 900 000 euros d’économie (dont 300 000 euros de débasage) ; des éclaircissements ont été demandés par le conseil de surveillance. Pris en otage par cet « endettement », l’hôpital doit dégorger du « cash » ; et le « cash » pour un hôpital psychiatrique c’est les soignants : non renouvellement des départs à la retraite, récupération de 23 équivalents temps pleins… La direction propose de mutualiser les moyens (humains, cela va sans dire…), ce qui s’apparente plus à une compression des effectifs qui ne stoppe pas l’hémorragie mais qui l’accélère par la suppression de perspectives.

D’autant plus que notre département ne facilite en rien cette politique… Petit extrait du quotidien : ici, c’est en temps que nous évaluons les distances kilométriques, -Marvejols à 35 min de St Alban -Florac à 1h30 de St Alban -Langogne à 1h de St Alban -St Chély à 16 min de St Alban -Mende à 45 min de St Alban. Pour vous donner une idée plus précise, une visite à domicile peut prendre une demi-journée dont les 2/3 sur des routes dites sinueuses voire vertigineuses, en Lozère. Nous sommes à flux tendu et en manque d’avenir.

L’équation est simple : diminuer le nombre d’employés abaisse les dépenses et donc augmente le profit (économique). Mais y a-t-il moins de patients ou sont-ils abandonnés ? C’est donc toute une organisation du travail qui est saccagée, comme le décrit le personnel de St Alban :

-Réduction de 40% du budget thérapeutique -Réduction de 40% de l’enveloppe des supervisions -Fermeture des hôpitaux de jour adultes, enfants du site de Florac.
-Licenciement des accueillants familiaux thérapeutiques à échéance de juin 2015 -Validation de la fermeture des hébergements alternatifs à l’hospitalisation (maisons communautaires, appartements thérapeutiques)
-Remise en cause des liens du C.H.F.T. et de l’association Société Lozérienne d’Aide à la Santé Mentale
-Fermeture de la crèche du personnel : mort entérinée pour cet été
-Fermeture de l’unité C.D.R. (Centre de Réadaptation) à St Chély : « interface entre les unités de soin et la réinsertion ouvrant à la réadaptation sociale et / ou professionnelle » : mort annoncée pour octobre 2015 Nous sommes dans l’antichambre de notre propre liquidation .

Impression qu’il n’y a rien à faire, que tout le monde est pris à la gorge. Sentiment accentué par l’isolement des individus qui n’auront d’autres choix que de se soumettre. On se rencontre moins, on piétine. La direction assène un discours et un vocabulaire de management et trouve même des services qui « descendent » d’autres services, collaborant par là même au démembrement de l’hôpital.

Dans ce climat qui pourrit, cette ambiance délétère, chaque salarié doit proposer des idées pour améliorer son poste, chaque unité des idées pour améliorer son service, sa méthode pour organiser sa douce agonie, en tout cas silencieuse. C’est dans ce suprême déni du soin et mépris des soignants que nous baignons, et l’Association Culturelle du Personnel en est touchée de plein fouet, tout comme la majorité des hôpitaux psychiatriques de France.

Comment se mobiliser pour résister à cette machine infernale ?
Qu’en est-il de notre socle commun, de nos valeurs éthiques et politiques ?
Qu’en est-il de la valeur humaine de la folie ?
« Où commence et où finit la clinique ? »

L’ Association Culturelle du Personnel de St Alban.
 http://www.collectifpsychiatrie.fr/?p=7776

Information partagée par Génaëlle REYNES, membre de l'ARAT.

samedi 20 juin 2015

La leggenda del castello di Montechiarugolo

           Domenica 28 Giugno al Castello di Montechiarugolo

per ritrovare parole, ricordi, danze e rimedi benefici di Bema:
 una donna, una fata.


Come si racconta, la Bema arrivò con la primavera portando con sè canti, danze, racconti e rimedi a base di erbe venute da lontano. Era seguita infatti da piccoli gruppi di artisti e saltimbanchi che presero ad incantare il popolo e la corte Montechiarugolese.

Bema era una veggente, una curatrice, un’alchimista, conosceva le erbe e la preparazione dei medicamenti, leniva le ferite del corpo e dell’anima e riceveva presso di lei chiunque cercasse conforto, non importava da quale estrazione sociale venisse.
Al castello di Montechiarugolo, il 28 Giugno, si ripercorreranno le vicende che hanno segnato il castello, il borgo e i suoi abitanti negli ultimi anni del 1500 e gli albori del secolo XV che incalzava.

Si diverrà protagonisti della storia, attraverso l’incanto del racconto di colei che sola detiene le autentiche memorie del castello, Paola. La fata che tutti chiamano Bema e che è rimasta nell’aria e nella terra del Borgo porterà ancora il suo spirito attraverso un altro personaggio, un’altra donna che comparirà nei momenti più inaspettati per offrire ai visitatori…le danze, i canti, le erbe e i rimedi di questa antica curatrice.

Presso il castello di Montechiarugolo
Visita Narrata e performance artistiche sotto la guida di Paola Nasi e Simona Boni.
Ogni partecipante rincaserà portando con sé un pensiero tratto dal presunto Diario di Viaggio di Bema e uno dei suoi rimedi alchemici.

Costo: 8 euro
Per Info. e prenotazioni: Paola nasipaola56@gmail.com
3383187911
Simona www.simonaboni.com
simo.boni84@gmail.com
3495400127

Paola Nasi Narratrice e Affabulatrice, da anni custodisce il castello di Montechiarugolo, la sua storia e i suoi abitanti presenti e passati. Conduce colui che ascolta nei tempi e nei luoghi che furono.
A volte si sente l’incantamento, l’empatia e la commozione per uomini e donne appartenenti ad un’epoca lontana ma che nelle sue parole sentiamo lì, accanto a noi.

Simona Boni Danzatrice – Danzaterapeuta dalla vena comica e poetica, amante del canto e del racconto. Il suo lavoro con pazienti psichiatrici e bambini autistici l’hanno portata a rinnovarsi in scena. Il Teatro Danza Indiano Bharatanatyam e il canto che lei ha incontrato con grande volontà negli ultimi due anni le fornisce una base solida di ricerca gestuale, espressiva e musicale.

Mille gracie a Simona BONI.

Simona BONI est danse-thérapeute et membre de l'ARAT.

Jean-Louis Aguilar-Anton / Art'Blogueur

mercredi 17 juin 2015

Un artiste psychiatre à Vancouver

Le Dr Pierre Leichner est, depuis ce mois de mai, le rédacteur de Psy Cause en Colombie Britannique, sur la côte ouest du Canada. Bilingue, il a accepté d’entrer dans l’équipe de la revue Psy Cause et il s’est engagé dans une communication dans le XI° congrès international francophone de Psy Cause qui se déroule cette année les 9 et 10 octobre en Principauté de Monaco. Sa communication sera une présentation par vidéoprojecteur, d’une pièce de théâtre, « maladjusted », jouée avec des patients dans 22 villes du Canada, sous titrée en Français. Cette pièce dénonce la mécanisation des soins en santé mentale. Le Dr Pierre Leichner s’était déjà investi, via Psy Cause, dans l’ARAT (Association partenaire de Recherche en Art et Thérapie basée à Béziers), manifestant ainsi un intérêt certain pour la psy, et plus précisément pour l’art-thérapie, en France.


  Le Dr Pierre Leichner a étudié la médecine à l’Université de Queen’s à Kingston où il a obtenu son diplôme de médecin en 1973 et celui de psychiatre en 1977. La charmante ville de Kingston est située en Ontario sur la rive nord du lac du même nom. Cette cité de 160 000 habitants, visitée par les congressistes français à l’occasion de notre congrès d’Ottawa en octobre 2013, est un condensé de l’histoire canadienne. Elle fut de 1673 à 1758 la forteresse Frontenac, un bastion important de la Nouvelle France. Peuplée d’indiens Mohawks et d’anglais loyalistes réfugiés des Etats Unis, elle prend le nom de Kingston, et devient même la capitale du Canada Uni de 1841 à 1844. Au XIX° siècle, Kingston fut un nœud ferroviaire important relié au grand ouest canadien. Sa gare-musée témoigne de cette épopée, symbole de l’invitation au voyage. Cité du Canada essentiellement anglophone, elle a été désignée région bilingue par le gouvernement provincial de l’Ontario en 2009. Cette ville a eu une place particulière pour le Dr Pierre Leichner puisqu’après un détour par le Manitoba et Montréal, il y reviendra pour un poste de médecin chef à l’hôpital psychiatrique.



  L’essentiel de la carrière médicale du Dr Pierre Leichner a été consacré au traitement des patients souffrant de troubles du comportement alimentaire. Il a dirigé des programmes spécialisés sur ce thème, successivement au Manitoba, à Montréal, et, après une parenthèse à Kingston, à Vancouver où il nous précise qu’il y est devenu le directeur psychiatrique du programme pour les troubles du comportement alimentaire à l’hôpital pour enfants de Colombie-Britannique… Et où finalement il a aidé le service de santé mentale aux étudiants de McGill, à ouvrir un programme pour les troubles du comportement alimentaire. C’est tout naturellement à Vancouver qu’il décide de « faire transition » à partir de 2002 « vers une carrière d’artiste interdisciplinaire. » Cela se fera à Vancouver, avec un détour à Montréal, par « un baccalauréat à l’Académie Émily Carr de Vancouver, et une maîtrise en Beaux Arts à l’Université Concordia de Montréal en 2011. » Le Dr Pierre Leichner vit et exerce sa passion aujourd’hui à Vancouver. Ses créations artistiques conservent néanmoins le signifiant alimentaire, avec une connotation végétale, comme une source d’inspiration.


Son positionnement très original entre la psychiatrie et l’art interroge les professionnels de la psy qui articulent art et thérapie. Il intéresse évidemment une revue comme Psy Cause où il trouve sa pertinence dans notre ligne éditoriale.


Dr Jean Paul Bossuat pour PSYCAUSE.INFO

lundi 15 juin 2015

Cuando La Música Rompe Las Estructuras. Un Corto Para Músicos

ESMA es una Escuela de Posgrados de Negocios Artísticos de Francia. Cuentan con una extensa producción de cortometrajes animados que abordan diferentes temas como el amor, la educación, la aventura, entro otros. En este caso, solo vamos a presentar una de sus animaciones que está apuntada a la sociedad en general y a los músicos en particular.
Cuenta la historia de unos monos (que representarían a los humanos), apasionados por el piano. Para lo cual van a clases desde pequeños. La historia da un giro y es impensado como terminará.
Un material muy recomendable para los docentes del ámbito musical que ayudará a sus alumnos a encontrar el verdadero gusto por la música.



ESMA es una Escuela de Posgrados de Negocios Artísticos de Francia. Cuentan con una extensa producción de cortometrajes animados que abordan...
kickfeed.co

 Las gracias a  Esther Olivares Coronado, musicaterapeuta

Jean-Louis Aguilar-Anton / Art'Blogueur

samedi 13 juin 2015

INTO THE WILD !

Tout juste diplômé de l'université, Christopher McCandless, 22 ans, est promis à un brillant avenir. Pourtant, tournant le dos à l'existence confortable et sans surprise qui l'attend, le jeune homme décide de prendre la route en laissant tout derrière lui.
Des champs de blé du Dakota aux flots tumultueux du Colorado, en passant par les communautés hippies de Californie, Christopher va rencontrer des personnages hauts en couleur. Chacun, à sa manière, va façonner sa vision de la vie et des autres.
Au bout de son voyage, Christopher atteindra son but ultime en s'aventurant seul dans les étendues sauvages de l'Alaska pour vivre en totale communion avec la nature.


                         Emile HIRSCH dans INTO THE WILD de Sean PENN

                                                      **************
Henry David Thoreau, de son vrai nom David Henry Thoreau, est un essayiste, enseignant, philosophe, naturaliste amateur et poète américain, né le 12 juillet 1817 à Concord (Massachusetts), où il est mort le 6 mai 1862. Son œuvre majeure, Walden ou la vie dans les bois, publiée en 1854, délivre ses réflexions sur une vie simple menée loin de la société, dans les bois et à la suite de sa « révolte solitaire ». Le livre La Désobéissance civile (1849), dans lequel il avance l'idée d'une résistance individuelle à un gouvernement jugé injuste, est considéré comme à l'origine du concept contemporain de « non-violence ». Opposé à l'esclavagisme toute sa vie, faisant des conférences et militant contre les lois sur les esclaves évadés et capturés, louant le travail des abolitionnistes et surtout de John Brown, Thoreau propose une philosophie de résistance non violente qui influence des figures politiques, spirituelles ou littéraires telles que Léon Tolstoï, Mohandas Karamchand Gandhi et Martin Luther King. Les livres, articles, essais, journaux et poésies de Thoreau remplissent vingt volumes. Surnommé le poète-naturaliste par son ami William Ellery Channing (1818-1901), Thoreau se veut un observateur attentif de la nature et ce surtout dans ses dernières années durant lesquelles il étudie des phénomènes aussi variés que les saisons, la dispersion des essences d'arbres ou encore la botanique. Les différents mouvements écologistes ou les tenants de la décroissance actuels le considèrent comme l'un des pionniers de l'écologie car il ne cesse de replacer l'homme dans son milieu naturel et appelle à un respect de l'environnement.
Source : Wikipedia

                                               Henry David Thoreau

Le site de Kenneth White :
La géopoétique est une théorie-pratique transdisciplinaire applicable à tous les domaines de la vie et de la recherche, qui a pour but de rétablir et d’enrichir le rapport Homme-Terre depuis longtemps rompu, avec les conséquences que l’on sait sur les plans écologique, psychologique et intellectuel, développant ainsi de nouvelles perspectives existentielles dans un monde refondé.

Le site de l’Institut Géopoétique :
Le monde est dans un piteux état. Les éléments de notre environnement physique disparaissent. Plutôt que de s’abandonner au désespoir confortable, à la mort de l’esprit, il nous faut, au-delà du
souci écologique, redécouvrir profondément la Terre. Ouvrir un monde habitable.

Par-delà toutes les différences culturelles et historiques, l’humanité a besoin d’une base commune.
C’est ce que propose la géopoétique inventée par Kenneth White, conceptualisée dans ses essais, illustrée dans ses récits nomades, exprimée dans sa poésie du dehors.
L’Institut international de géopoétique a pour but de la faire connaître et de rassembler tous ceux qui y discernent un chemin du possible.
Tout un ensemble de textes et de documents sont ici à votre disposition pour approfondir votre connaissance de la géopoétique et pour la faire rayonner.
L'Institut international de géopoétique a été fondé en 1989 par le poète-écrivain-essayiste (titulaire de la chaire de Poétique du XXe siècle à Paris-Sorbonne), Kenneth White, qui l'a présidé jusqu'en 2013, quand il a cédé la présidence à Régis Poulet afin de se consacrer entièrement à ses travaux, y compris ses recherches en géopoétique…

Voici le texte inaugural rédigé en 1989.
Ce qui marque cette fin du XXe siècle, au-delà de tous les bavardages et de tous les discours secondaires, c'est le retour du fondamental, c'est-à-dire du poétique. Toute création de l'esprit est, fondamentalement, poétique.

Il s'agit de savoir maintenant où se trouve la poétique la plus nécessaire, la plus fertile, et de l'appliquer.

Si, vers 1978, j'ai commencé à parler de « géopoétique », c'est, d'une part, parce que la terre (la biosphère) était, de toute évidence, de plus en plus menacée, et qu'il fallait s'en préoccuper d'une manière à la fois profonde et efficace, d'autre part, parce qu'il m'était toujours apparu que la poétique la plus riche venait d'un contact avec la terre, d'une plongée dans l'espace biosphérique, d'une tentative pour lire les lignes du monde.

Depuis, le mot a été repris, ici et là, dans des contextes divers. Le moment est venu de concentrer ces courants d'énergie dans un champ unitaire.

C'est pour cela que nous avons fondé l'Institut de géopoétique.

Avec le projet géopoétique, il ne s'agit ni d'une « variété » culturelle de plus, ni d'une école littéraire, ni de la poésie considérée comme un art intime. Il s'agit d'un mouvement majeur qui concerne les fondements mêmes de l'existence de l'homme sur la terre.

Dans le champ géopoétique fondamental, se rencontrent des penseurs et des poètes de tous les temps et de tous les pays. Pour ne citer que quelques exemples, on peut penser, en Occident, à Héraclite (« l'homme est séparé de ce qui lui est le plus proche »), à Hölderlin (« poétiquement vit l'homme sur la terre »), à Heidegger (« topologie de l'être »), à Wallace Stevens (« les grands poèmes du ciel et de l'enfer ont été écrits, reste à créer le poème de la terre »). En Orient, il faudrait penser au taoïste Tchouang-tseu, et à l'homme du vieil étang, Matsuo Bashô, sans oublier la belle méditation du monde que l'on trouve dans le Hwa Yen Sutra.

Mais la géopoétique ne concerne pas que poètes et penseurs. Henry Thoreau était autant ornithologue et météorologue (« l'inspecteur de tempêtes ») que poète, ou plutôt, il incluait les sciences dans sa poétique. Les liens de la géopoétique avec la géographie sont évidents, mais ils existent aussi avec la biologie, et avec l'écologie (y compris avec l'écologie de l'esprit) bien approfondie et bien développée. En fait, la géopoétique offre un terrain de rencontre et de stimulation réciproque, non seulement, et c'est de plus en plus nécessaire, entre poésie, pensée et science, mais entre les disciplines les plus diverses, dès qu'elles sont prêtes à sortir de cadres souvent trop restreints et à entrer dans un espace global (cosmologique, cosmopoétique), en se posant la question fondamentale : qu'en est-il de la vie sur terre, qu'en est-il du monde ?

Tout un réseau peut se tisser, un réseau d'énergies, de désirs, de compétences, d'intelligences.

Pour l'Institut de géopoétique
Le 28 avril 1989
Kenneth White


Recherches effectuées par Béatrice Peeters-Aguilar, membre de l'ARAT.